¿Cómo potenciar el liderazgo para favorecer el bienestar y satisfacción familiar de los y las trabajadoras?

María José Rodríguez Araneda

Dra. en Psicología, Presidenta Sociedad Chile Psicología del Trabajo y las organizaciones, SCHIPTO.

El liderazgo parece ser un aspecto poco considerado para la satisfacción con la familia de trabajadoras y trabajadores. Sobre este punto, las estrategias organizacionales están más dirigidas a implementar sistemas de conciliación vida personal, familiar y laboral, especialmente, en esta última diada.

Sabemos, no obstante, que un liderazgo disfuncional es un riesgo psicosocial crítico en la generación de estrés y en la salud tanto física como mental, lo cual directamente impacta en el bienestar familiar.

Evidencias (Zhang y Tu, 2018, Journal of Bussiness Ethics) indican que la satisfacción con la familia y, por lo tanto, con la vida se potencian ampliamente cuando se despliega un liderazgo ético. Esta forma de liderar se caracterizada por la integridad de líder, capaz de crear un clima organizacional justo, libre y positivo, mejorando incluso el capital psicológico de los y las trabajadoras (esperanza, resiliencia, autoeficacia, optimismo entre otras). Esto es importante, ya que, las experiencias positivas en el ámbito laboral se trasladan al ámbito familiar y la vida en general, es decir, mejoran los recursos que un individuo puede utilizar para hacer frente a las demandas asociadas a la vida familiar y otras de la vida. A este círculo virtuoso se agrega que los y las trabajadoras emulan las virtudes del líder ético, como la honestidad, la responsabilidad y la consideración de los demás, y se vuelven más respetuosos, confiables y benévolos.

Los conflictos entre el trabajo y la familia, dadas las condiciones sociales de la vida y particularmente del trabajo, son prácticamente una constante hoy en día. Un liderazgo con alto sentido de responsabilidad social y fuerte compromiso ético es capaz de poner énfasis en intereses de los y las trabajadoras y desplegar comportamientos supervisores de apoyo familiar. Con ello se aborda la problemática, ya que se facilitan procesos de enriquecimiento trabajo-familia, gracias a la comprensión, sensibilidad, respeto y apoyo a las responsabilidades familiares de los y las trabajadoras. 

Esta evidencia compromete al desarrollo de, por un lado, el liderazgo ético en jefaturas y gerencia y, por otra, de sus comportamientos de apoyo a la familia. Para ello se recomienda que el líder (gerencia y jefatura) brinden apoyo instrumental, den el ejemplo y modelen conductas éticas, diseñen trabajos que faciliten la integración laboral y familiar, entre otras prácticas. Lo anterior requiere, sin duda, actualizar políticas de gestión de personas, tanto en selección de personal, formación (capacitación, coaching, etc.) como tutorías dirigidas, que promuevan una gestión y cultura organizacional ética.

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