Sociedad Chilena de Medicina del Trabajo
Nos vemos hoy inmersos en una pandemia global por la enfermedad causada por Coronavirus (COVID-19) que ha tenido un impacto sanitario y económico de grandes proporciones. Los países se ven enfrentados al desafío de reactivar la economía asegurando condiciones de seguridad e higiene que impidan que los lugares de trabajo se conviertan en focos de contagio, poniendo en riesgo la vida y la salud de las personas que desempeñan en ellos.
Los programas de continuidad de funcionamiento de lugares de trabajo deben considerar los
siguientes aspectos:
- Las medidas implementadas deben ser comprehensivas, considerando el comportamiento
conocido del virus; esto implica prevenir el riesgo de contagio en el centro laboral, en el
trayecto de ida y vuelta al hogar y evitar que ropa y/o elementos de trabajo sean vectores de
contagio hacia el hogar. - Así mismo, estas las medidas deben ser integrales, en el sentido de considerar que la pandemia implica un aumento de las cargas psicosociales (emocional, psicológica, doble presencia) en los lugares de trabajo y demanda formas nuevas y creativas de apoyo social.
- Se debe tener especial cuidado frente al reintegro de trabajadores y trabajadoras que fueron
afectados por COVID-19, se deben tomar todas las medidas preventivas que impidan una
reinfección o el agravamiento de eventuales secuelas. - Todas las medidas que se implementen para lograr un entorno de trabajo seguro, como son un retorno ordenado y gradual, serán al mismo tiempo de utilidad para reducir riesgo de contagio en la comunidad.
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